Francia da un volantazo hacia la izquierda.
François Hollande, de 57 años, será el próximo presidente de la república de Francia, después de imponerse ayer, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, al hasta ayer presidente, Nicolas Sarkozy.
El país galo, vuelve a tener un presidente de izquierdas, después de que Miterrand fuera el ultimo representante de la izquierda francesa en gobernar el país, hace ya 17 años. Desde entonces, gobiernos conservadores, algunos más y otros menos, habían comandado el país; el último en hacerlo durante cinco años fue, Sarkozy.
Con una participación del 81,5% y el 99% de los votos escrutados, Hollande confirmo su anunciado triunfo en los sondeos con unos datos finales del 51,67% de los votos; frente a Sarkozy, que sumó el dato final de un 48,33%.
Francia da así la espalda a un personaje clasista, que no ha gobernado para todos, si no para unos cuantos (Como dijeron personas que fueron entrevistadas antes de comenzar el recuento) y que no solo estaba llevando a Francia a la desesperación, si no también a otros países, ya que Alemania o España, aunque en menor medida, estaban o habían empezado a hacer gestiones como las del conservador Frances.
El anunciado triunfo de Hollande, un hombre sereno y tocado por el don de la ironía pero sin experiencia de gobierno, abre una nueva etapa tanto en Francia como en Europa, y pone fin al agitado reinado de Sarkozy, que durante cinco años ha presidido el país con su peculiar estilo, entre el personalísimo y la hiperactividad.
Solo veinte minutos después del fin de la jornada y cuando aún no estaban la totalidad de los votos escrutados, hizo aparición en escena el candidato conservador y hasta ahora presidente. Su discurso fue señorial, elegante y muy correcto, felicitando siempre al vencedor y asumiendo su derrota, tanto fue así que sus propios fieles abucheaban sus palabras durante el discurso, mezclándolos con lágrimas, sabiendo que habían perdido el poder en su país y más aún cuando van a ser gobernados por un socialista, no hay nada peor para los intereses de un conservador.
Por otro lado, el vencedor, Hollande, apareció frente a su público en la localidad donde es alcalde, 2 horas después del cierre electoral. Su discurso fue esperanzador y optimista, diciendo que los franceses no solo han escogido cambiar Francia, si no también, Europa.
"El cambio empieza ahora. La austeridad no puede ser una condena", proclamó por su parte Hollande. El socialista ha anunciado su intención de renegociar con Berlín el rígido tratado de austeridad.
La victoria de Hollande, da un empujoncito a partidos minoritarios que entran en liza y tendrán voz en la cámara.
Aunque algunos de ellos sean tan chocantes como la del partido neonazi.
François Hollande, de 57 años, será el próximo presidente de la república de Francia, después de imponerse ayer, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, al hasta ayer presidente, Nicolas Sarkozy.
El país galo, vuelve a tener un presidente de izquierdas, después de que Miterrand fuera el ultimo representante de la izquierda francesa en gobernar el país, hace ya 17 años. Desde entonces, gobiernos conservadores, algunos más y otros menos, habían comandado el país; el último en hacerlo durante cinco años fue, Sarkozy.
Con una participación del 81,5% y el 99% de los votos escrutados, Hollande confirmo su anunciado triunfo en los sondeos con unos datos finales del 51,67% de los votos; frente a Sarkozy, que sumó el dato final de un 48,33%.
Francia da así la espalda a un personaje clasista, que no ha gobernado para todos, si no para unos cuantos (Como dijeron personas que fueron entrevistadas antes de comenzar el recuento) y que no solo estaba llevando a Francia a la desesperación, si no también a otros países, ya que Alemania o España, aunque en menor medida, estaban o habían empezado a hacer gestiones como las del conservador Frances.
El anunciado triunfo de Hollande, un hombre sereno y tocado por el don de la ironía pero sin experiencia de gobierno, abre una nueva etapa tanto en Francia como en Europa, y pone fin al agitado reinado de Sarkozy, que durante cinco años ha presidido el país con su peculiar estilo, entre el personalísimo y la hiperactividad.
Solo veinte minutos después del fin de la jornada y cuando aún no estaban la totalidad de los votos escrutados, hizo aparición en escena el candidato conservador y hasta ahora presidente. Su discurso fue señorial, elegante y muy correcto, felicitando siempre al vencedor y asumiendo su derrota, tanto fue así que sus propios fieles abucheaban sus palabras durante el discurso, mezclándolos con lágrimas, sabiendo que habían perdido el poder en su país y más aún cuando van a ser gobernados por un socialista, no hay nada peor para los intereses de un conservador.
Por otro lado, el vencedor, Hollande, apareció frente a su público en la localidad donde es alcalde, 2 horas después del cierre electoral. Su discurso fue esperanzador y optimista, diciendo que los franceses no solo han escogido cambiar Francia, si no también, Europa.
"El cambio empieza ahora. La austeridad no puede ser una condena", proclamó por su parte Hollande. El socialista ha anunciado su intención de renegociar con Berlín el rígido tratado de austeridad.
La victoria de Hollande, da un empujoncito a partidos minoritarios que entran en liza y tendrán voz en la cámara.
Aunque algunos de ellos sean tan chocantes como la del partido neonazi.
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