Se acerca la fiesta mayor en Barcelona y para los que vivimos y trabajamos aquí se avecinan días de… de… de… de más de lo mismo. Si amigos, las fiestas de Barcelona no tienen nada de interesante, no son unas fiestas de ¨informativos Tele5¨.
No tenemos encierros por las calles, tampoco tenemos esculturas y estatuas de cartón piedra ardiendo, no tenemos toros y cabras que tiran desde lo alto del campanario… Bueno, por no tener en 2 años, ya no tendremos ni toros en la ciudad. Aunque lo que si tenemos es a un grupo de “Rastas” montando performances sobre la tauromaquia: unos se disfrazan de toros y clavan banderillas ficticias a otros que van vestidos de toreros, algunos se esparcen por las zonas más turísticas de la ciudad ataviados de toro y metidos en ataúdes, que ojo!, lo hacen gratis y claro esto está levantando en rebeldía a las estatuas vivientes de las ramblas… porque los catalanes somos tan “agarraos” que se quedan mirando a los toretes encajonados en lugar de a las estatuas y sus pedazo trajes, que ya que se curran tanto sus disfraces que cuando no están currando en la calle, están cosiendo en casa, la peña con quien se para en la calle son con los otros que únicamente llevan unas mayas de ballet negras y unos cuernos de plástico enganchados en una diadema, en la cabeza. Y vosotros pensaréis, vaya mierda de fiesta mayor no??? Pues no! Os equivocáis! Porqué en Barcelona tenemos la mejor tradición de todas, la más divertida, la más apasionante y además de todo eso y por si fuera poco es una tradición sana, por qué haces mucho ejercicio: LAS FIESTAS DE BARCELONA PRESENTAN:
Las olimpiadas callejeras! Que consisten en: Lanzamiento del objeto más grande que encuentre contra… la policía, hacer la hoguera más grande de la ciudad utilizando cuantos menos contenedores posibles, construir barreras de contenedores ardiendo para que no pase… la policía y, correr los 800 metros lisos delante de… la policía. Pero ahí no acaba el deporte… porque como te pillen el combate de boxeo que se monta es pequeño.
Aunque bueno, no todo es tan malo. Se hacen conciertos, diablos, y costumbres muy catalanas de estas que los “abuelicos” se sienten orgullosos y mil y una actividades para los niños. Así que como con todo, los jóvenes que somos los que más dinero nos podemos gastar, somos los que menos disfrutamos de la fiesta.
Eso sí, no nos hace falta mucho para divertirnos: Vámonos de copas!!!
Un saludo y hasta pronto: Edu Amez.