Veamos, sabemos que el poder pervierte y que cuesta dejar de tenerlo una vez logrado pero a todos nos llega nuestro momento, en una u otras situaciones y debemos saber cuando decir basta, cuando retirarnos, cuando decir: ¨se acabo¨.
No es el caso de nuestro presidente, el ZP, que pretende seguir en el poder a pesar de que la mayoría de los ciudadanos de su país están en contra de esa idea e, incluso, muchos de los mismos desearían que el cambio llegara antes que después.
No se trata de derechas o izquierdas, se trata de que cuando algo no va bien, se debe tratar de cambiar para que vaya mejor.
Sin embargo con los tratos entre el Gobierno central y algunos de los Gobiernos autonómicos como el PNV y Coalición Canaria, en este caso, el que lo esta haciendo mal, seguirá llevándonos a la miseria, por no reconocer que llegó su fin. ¿Seguro que quiere el bien de la nación o su ego le ha dejado ciego?
Esto no sólo esta sucediendo con esta candidatura no; resulta que los partidos políticos ceden una serie de favores a cambio de apoyos para seguir en lo más alto pero haciendo y permitiendo estos juegos: ¿donde queda la voz del pueblo?
Ahora mismo se han aprobado unos presupuestos a golpe de chantages: dando incluso aquello que el propio PSOE había negado: una serie de transferencias sociolaborales, entre las que cabe destacar, las políticas activas de empleo.
Vamos, que ha claudicado y vendido su alma al diablo con tal de seguir arriba, lo cual no significa estar en lo más alto porque, Sr. Rodriguez Zapatero, no se puede caer más bajo.