Aún recuerdo con ilusión y nostalgia aquellas noches en las que con mis padres nos reuníamos frente al televisor a ver la gala de Eurovision. Épocas en las que la gala era interesante y nos atraía a todos, no solo a mi ni a mi familia, sino a toda España.
Recuerdo que me sentaba en el sofá, libreta y boli en mano e iba puntuando a cada país, después se sus respectivas actuaciones, creando así nuestra propia “quiniela” y debatiendo sobre quien nos había gustado mas o menos y quien creíamos que debería ganar aquella edición.
Pero los tiempos han cambiado mucho y, sinceramente, ya no recuerdo cuando la sociedad española, entre ellos yo, dejó de tener interés en la gala de Eurovision.
Pero si que recuerdo perfectamente cuando más llamó nuestra atención.
En el año 1991, un chico de voz rasgada nacido en Sabadell (Barcelona) fue escogido para representar a España en el festival con un tema que a día de hoy no hemos olvidado, es más, un tema que la mayoría de nosotros guardamos en nuestra discografía personal y que no paramos de oír continuamente cuando asistimos a alguna boda o a muchos otros momentos de ocio estelares.
Josep Sergi Capdevila i Querol, conocido artísticamente como Sergio Dalma, nos cautivó y enamoró a todos con su tema: ¨Bailar pegados¨.
Sin duda alguna aquel año, los españoles nos veíamos claros vencedores y teníamos una confianza ciega, sabiendo que nos tocaba e íbamos a ganar Eurovision y ya nos relamíamos soñando con reinar en Europa y en el mundo ya que al año siguiente, en 1992, España albergaría la Expo en Sevilla y en especial, lo que nos haría ser el centro del mundo, las olimpiadas de Barcelona.
Pero lo de Eurovision, uno de los certámenes en los que se sabe, los amiguismos influyen más que para otros eventos, no salió como esperábamos. Quedamos en segundo lugar, sufriendo así una de las mayores injusticias recordadas en el mundo de la canción.
Pero lo que se consiguió es que ahora, en 2012, después de tantos años, esa canción siga siendo un himno para nosotros. Jamás olvidaré la indignación que se vivía el día después de la derrota, los comentarios de la gente, la verdad que durante unos día solo se hablaba de eso.
Siempre recordare, aquel día de después, en el cole... como desde el aula donde me encontraba en aquel instante de la última planta de Los Escolapios de Sarriá en BCN, escuchaba cantar a voz en grito desde los jardines del colegio a una cincuentena o un centenar de chicas, el Bailar Pegados.
Eurovision jamás volvió a crear momentos como ese.
Tuvieron que pasar algunos años para que los españoles le prestáramos un poquito de atención al certamen. Y si os soy sincero, no fue por el certamen en si, si no, que fue porque nos representaba la ganadora de Operación Triunfo, programa que había sido una revolución... Ese año, tampoco ganamos.
Los responsables, vieron que si le otorgaban el premio de ir a Eurovision al ganador de OT, la gala llamaría más nuestra atención, pero esa fórmula, no les funcionó más que una vez más.
Desde entonces, ya ni siquiera recordamos quien nos ha representado, han intentado de mil maneras que la gente se interese, pero la verdad es que ni así.
Antes, Eurovision era un trampolín para jóvenes artistas... ahora y desde hace mucho ya ni por asomo.
Este año vamos por el mismo camino y eso que nos representará una artista conocida y con carrera en nuestro país, Pastora Soler.
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Los augurios no son muy alentadores, ya que en la gala de TV donde se la proclamaba ganadora y representante de España, solo fue seguida por un paupérrimo 9% de cuota de pantalla, muy triste.
En fin amigos, si alguien sabe como arreglar esto y tiene alguna idea para que los españoles nos volvamos a interesar por esto, que lo diga. Mientras más que Eurovision, para los españolitos es Europastelon.
Un saludo!!!
Escrito por el Divino Edu Amez.
